Cómo elegir una senda por entre la neblina oscura y espesa, cómo palpitar por el mundo cuando te han cortado las alas, cuando te han carcomido las entrañas. Cómo saber lo que es el bien y el mal, lo correcto o lo incorrecto si los demás te gritan nimiedades y tu mente te designa muchas veces caminos siniestros. Cómo saber que lo que ves en el espejo es lo que todos miran, cuando sientes rozar tu piel contra las yemas de los dedos y se te eriza el vello y sientes escalofríos y te asciende el vómito. ¿Cómo creerle a los huesos? ¿Por qué no creerle a tu mente? Y si muero, qué más da si muero, qué más da una persona menos o una más, al fin y al cabo la muerte es lo único seguro y confiable.
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